El 26 de mayo de 451 tuvo lugar la gloriosa Batalla de Avarayr

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En la primavera septentrional del 451 dC, las tropas persas llegadas desde Paytakaran y Atrpatakan (80-90.000 guerreros equipados con el mejor armamento de ataque y defensa de la época y cientos de elefantes de combate), bajo el liderazgo del comandante Mushgan Nusalavurd, invadieron la provincia armenia de Artaz y acamparon en la orilla del río Tghmut, delimitados por terrenos pantanosos, cerca de la aldea de Avarair.

Siguiendo las instrucciones de Vardan Mamikonyan, el príncipe Arrantsar Amatuní investigó los movimientos del enemigo, el número de tropas, la composición y su posicionamiento; luego, con sus 2000 soldados emboscó y destruyó la unidad militar persa que rodeaba los asentamientos armenios circundantes y persiguió al resto de la tropa hasta su campamento militar. El 25 de mayo, el ejército armenio se acercó raudamente al vivac persa y se posicionó en la margen izquierda del Tghmut.

 

Antes de la batalla decisiva, ambos bandos se posicionaron para el combate.

 

Yeghishé y Ghazar Parbetsí (Lázaro de Parbi) testifican que los seguidores del príncipe Vasag también participaron en la batalla de Avarayr contra los guerreros de Vartan, desde el ala derecha de las tropas persas. El ejército de reserva del enemigo era una brigada cortesana de 10.000 hombres, llamada Matyan (inmortal), la que estaba acorazada «como una torre o como una fortaleza inexpugnable». Entre el núcleo del enemigo y la brigada Matyan estaban ubicados los militares más selectos y valientes, desde donde se supervisaba la batalla y se emitían las órdenes de Mushgan Nusalavurd. Vardan Mamikonyan también organizó su unidad militar en dos alas, derecha e izquierda, un núcleo central, y separó los hombres de reserva.

 

Previo al decisivo enfrentamiento, el Catolicós de Todos los Armenios Hovsep Hoghormetsí, Ghevond Yerets y otros clérigos exhortaron a los combatientes armenios con arengas y discursos inspiradores. Vardan Mamikonyan también llamó a sus hombres a «destruir el poder del enemigo para que venza la verdad«, ordenando «no mezclar el miedo con la valentía y el valor”, porque «el miedo es un signo de escepticismo«.

 

La batalla comenzó el 26 de mayo, al amanecer del sábado, a través de un ataque recíproco. Los soldados armenios cruzaron el río Tghmut, se introdujeron en las filas enemigas y lucharon contra ambas alas y el núcleo central. A causa de la presión ejercida por el ejército armenio contra el grupo central y el ala izquierda, el enemigo registró significativas bajas, por lo que se vio obligado a replegarse lentamente.

Habiendo aplicado totalmente la estrategia militar previamente diseñada, a últimas hora de la tarde, y en medio de la penumbra, las tropas armenias retrocedieron y cruzaron la orilla izquierda del río Tghmut, internándose en el territorio, con la determinación de continuar la lucha armada. Los guerreros armenios se fortalecieron en Taik, en los montes Parkhar, en las fortalezas de Khaghdik, Artsaj, Mocks, Tmorik y otros lugares.

Como resultado de la batalla de Avarayr, el ejército persa perdió 3544 hombres, mientras que el ejército de Vardan, 1036. El jefe del ejército persa, Mushgan, se mostró profundamente preocupado por las pérdidas sufridas en su ejército, “especialmente cuando cayó en la cuenta de que las bajas de sus tropas eran 3 veces mayores que las de los armenios, y que su fuerza y ​su ​poder fueron quebrantados… porque la batalla no acabó tal como él creía”.

 

Tanto en la batalla de Avarayr, como en otras victorias logradas contra las tropas persas posteriormente en el verano y el otoño del 451, los guerreros Vardanank predeterminaron el resultado general de la guerra de liberación. Yeghishé afirmó repetidamente que las victorias de Vardanants habían obligado al palacio sasánida a retirar las tropas persas de la Armenia controlada por los marzbanes, a reconocer su antigua autonomía, a abandonar la política de imponer un cambio de religión –al zoroastrismo- por la fuerza, a dejar de cobrarles impuestos a los armenios por un año –y luego, reducirlos-, a no utilizar la caballería armenia para los propósitos persas, a otorgar una amnistía a los ministros, reafirmándolos en sus fincas. Vasak Syuni, sometido al castigo de azote y deshonrado por traidor, fue degradado por exigencia de los armenios, y condenado a la pena de muerte. Desde entonces se estableció la paz en la Armenia de los marzbanes.

 

En consecuencia, son inaceptables los puntos de vista difundidos en las obras de la bibliografía historiográfica, de acuerdo a las cuales el resultado de la batalla de liberación de Vardanants, en particular la Batalla de Avarayr, son: a) la derrota de los armenios y la victoria absoluta de los persas, b) la victoria moral de los armenios y la victoria física de los persas, c) ni la victoria, ni tampoco la derrota de ninguno de los ejércitos contendientes.

La Batalla de los guerreros Vardanants es una de las páginas épicamente más brillantes y fascinantes de la lucha del pueblo armenio por su genuina identidad nacional y la expresión de su indómita voluntad, contra la dictadura persa. Desde el siglo V, la Iglesia Apostólica Armenia ha reconocido a quienes han sacrificado sus vidas en esa batalla como «Santos Mártires de la Patria» y ha dispuesto un día de recordación en el calendario eclesiástico anual. Las impresionantes e inmarcesibles victorias de los Vardanants inspiraron y acompañaron al pueblo armenio durante siglos en las innumerables batallas de liberación que libró contra los invasores extranjeros.

Fuente: https://haydzayn.com/es/page/451t-mayisi-26-in-texi-e-ounecel-avarayri-jakatamarte-orn-avartvel-e-hayeri-payloun-haxtanakov

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