Armén Manvelyan
Se ha escrito mucho sobre la Batalla de Abril, se la ha examinado y analizado reiteradamente, se ha intentado entender retrospectivamente las motivaciones azeríes para el inicio de las operaciones bélicas y las causas de su fracaso. Sin embargo, a pesar de todo esto, la Batalla de Abril está sedienta de que un análisis continuo se convierta en lección, cuya puesta en práctica nos permita en tales situaciones tomar decisiones precisas y decisivas para ganar la guerra.
Después del alto el fuego en mayo de 1994, Azerbaiyán recurrió repetidamente a provocaciones, llevó a cabo ataques subversivos, pero nunca intentó reanudar las operaciones bélicas, entendiendo cuáles serían las posibles consecuencias para su país. Lo que ocurrió el 2 de abril de 2016 no fue un intento de subversión sino una operación para iniciar una guerra a gran escala. Emprendiendo el ataque por el norte y el sur de la línea de defensa de Artsaj, el enemigo esperaba tener éxito rápidamente, obligar a la parte armenia a retirar sus tropas de la sección central de la línea de defensa, atacar a Aghdam y aparecer en la profundidad estratégica detrás de las tropas armenias y amenazar a Stepanakert.
Sin embargo, los planes del enemigo fracasaron, cuando desde el primer día las fuerzas especiales de Azerbaiyán no lograron tomar las posiciones ubicadas en dirección del ataque. Los rápidos y fáciles triunfos que esperaban los azeríes, se transformaron en largas horas y días de resistencia, que incluyeron grandes pérdidas para estos últimos. Las unidades subalternas armenias han demostrado avezada resistencia en todas direcciones y han causado grandes pérdidas humanas al enemigo. Sin poder avanzar y entendiendo de que ya estaba perdida la capacidad de iniciar una guerra relámpago, Azerbaiyán solicitó un alto el fuego a través de Moscú, finalizando la batalla el 4 de abril por mutuo acuerdo, a pesar de que esta continuó con la intensidad del inicio hasta el 16 de abril.
En la Batalla de Abril el lado armenio sufrió 106 bajas y varios cientos de heridos. Aunque Azerbaiyán se negó a publicar el número oficial de víctimas o sus nombres, el número de víctimas azeríes llegó a 800, tuvieron más de mil heridos; los cadáveres de las víctimas eran enterradas por la noche para que sus propios compatriotas no lograran conocer el número real de bajas. Sin embargo, estaba claro que el enemigo había sufrido una dolorosa derrota y estaba tratando de ocultarlo.
La Batalla de Abril ha demostrado una vez más, que en esta región sobrevive aquél que es más poderoso y está preparado para la guerra. Y la paz solamente podrá establecerse, cuando el poder y el desarrollo continuo de las Fuerzas Armadas de Armenia no permitan al enemigo siquiera pensar en una nueva incitación a la guerra
Fuente: https://haydzayn.com/es/page/aprilyan-paterazmn-apacoucec-mer-taracasrjanoum-goyateoum-e-miayn-hzore
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